El miedo y fobia a ruidos en animales es un problema muy común. Con frecuencia, salvo que el animal presente síntomas de destructividad o autolesión, los propietarios no suelen percibirlo como un problema real. Suelen buscar ayuda en las clínicas generalistas en momentos concretos del año como navidades, pero no suelen ser tratados por parte de un especialista.
Por ello el objetivo del presente artículo es dar a conocer más detalles sobre este problema que ayuden al propietario a identificarlo, así como informar de estrategias de manejo para su control y evitación.
¿Qué es el miedo?
El miedo es una respuesta emocional adaptativa que aparece cuando un individuo se enfrenta a una circunstancia amenazante, es un mecanismo de supervivencia, ya que sin él no sobreviviríamos ni evitaríamos los peligros.
Debemos saber diferenciar entre miedo y fobia. La fobia al ruido es un problema común en los animales domésticos; es una respuesta de miedo muy intensa y desproporcionada en relación al estímulo de amenaza. La fobia no es una respuesta adaptativa y limita enormemente la capacidad del animal de gestionar sus emociones.
El comportamiento de animales con fobia a ruidos puede variar presentando desde aumento del jadeo, hipersalivación, intentos de esconderse o escapar, hasta actitudes destructivas y autolesionarse. Para más información en este aspecto, puedes consultar también nuestro artículo de Comportamiento destructivo por ansiedad en perros.
Los estímulos que ocurren de forma imprevisible y aislada como las tormentas y los fuegos artificiales promueven la fobia más que aquellos estímulos que se producen de forma más frecuente y previsible.
Tanto un estado de miedo como de fobia suele transcurrir con ansiedad, la cual es una respuesta anticipada a un peligro o amenaza.
Los signos de ansiedad van desde el aumento de la frecuencia cardíaca y respiratoria, temblores o parálisis, aumento de salivación, alteraciones gastrointestinales, cambios en la actividad como deambular o inmovilidad, cambios en el apetito, o búsqueda de proximidad con personas u otros animales.
Son varios los factores que influyen en el desarrollo del miedo y fobia a ruidos en animales:
- Hay una predisposición biológica determinada por la evolución donde la evitación de ciertas circunstancias favorece la supervivencia.
- Diversos estudios han determinado factores genéticos, evidenciando la heredabilidad del miedo.
- La predisposición racial al desarrollo de conductas de miedo o pánico también se ha puesto en evidencia en múltiples estudios.
- La exposición a estímulos durante el periodo de sociabilización: desde las tres semanas de edad hasta los tres-cuatro meses, el animal joven no tiene desarrolladas las estructuras cerebrales encargadas de la respuesta al miedo; someter al animal a diferentes estímulos durante esta etapa, facilitará su adaptación en la etapa adulta. Exponerlos a diferentes ruidos como fuegos artificiales, motores, aspiradoras, etc., antes de los seis meses de edad puede tener un efecto protector frente al desarrollo de miedos o fobias.
- El padecimiento de una experiencia traumática durante el periodo de socialización también puede inducir a una reacción de fobia a lo largo de la vida del animal.
- La edad y el padecimiento de un dolor crónico también parecen influir en el desarrollo de trastornos como la ansiedad y la fobia.
Identificación y diagnóstico de la fobia
Para establecer un diagnóstico de fobia a ruidos debemos recopilar la información de la historia conductual del animal y de los signos clínicos que presenta; previamente debemos descartar que haya otra causa orgánica o de desorden de la conducta.
Durante un episodio de miedo o fobia los signos que podemos observar son:
- Postura corporal encogida
- Cola entre las patas
- Orejas hacia atrás
- Incapacidad de moverse
- Taquicardia y taquipnea (aumento de la frecuencia cardíaca y respiratoria)
- Pupilas dilatadas
- Jadeo excesivo
- Sialorrea o exceso de salivación
- Temblores
- Cambio en la temperatura corporal
- Problemas locomotores
- Micción y defecación de forma inadecuada
- Actitud de huida y de escape
- Autolesiones
Estrategias de manejo y tratamiento del miedo
A la hora de establecer un tratamiento del miedo lo primero que hay que conocer es la causa, los estímulos que desencadenan el miedo y la intensidad de la respuesta para poder establecer un pronóstico.
Un animal con miedo generalizado por falta de socialización obtendrá un peor pronóstico que un animal con un miedo a un solo estímulo debido a una experiencia traumática. En el primer caso nuestras expectativas deben enfocarse en ayudarle a gestionar el miedo y a minimizar el tiempo que tarda en recuperarse; en el segundo caso puede ser posible su resolución.
El manejo del miedo y las fobias puede requerir la inducción de cambios en el comportamiento y de un programa de reducción de estrés para mejorar las habilidades del animal para hacer frente a situaciones de estrés.
De manera general a nivel clínico el protocolo establecido consiste en:
- Tratamiento a corto plazo
- El manejo va dirigido a gestionar de forma inmediata un problema que es inminente (como por ejemplo justo antes de la aparición de los fuegos artificiales).
- Tratamiento a largo plazo
- El manejo va dirigido a resolver el problema.
El Grupo de Especialidad de Etología Clínica de AVEPA propone una serie de estrategias para el manejo:
Creación de un refugio
La idea es proporcionar al animal una zona segura donde refugiarse cuando sientan miedo, debemos buscar un lugar nuevo que sirva de escondite, como un transportín sin puerta o una caja grande que incluso podemos tapar con una manta para crear una zona más aislada.
Podemos colocar juguetes y premios en su interior para que el animal se sienta más confortable. Nunca se debe obligar al animal a permanecer allí.
Es recomendable insonorizar la estancia en la medida de lo posible y poner una música tranquila que amortigüe el sonido exterior.
Actitud del propietario
El propietario debe permanecer con el animal en los momentos en los que se produce el problema e intentar distraerlo con juegos. El tutor debe permanecer tranquilo para mostrar al animal que no hay nada de lo que preocuparse. Hay que tener presente que el miedo es una emoción que no se puede controlar por lo que hay que ser paciente y aceptarlo sin enfados, nunca se debe forzar a que supere sus miedos enfrentándole al estímulo que los provoca.
Primer contacto de los cachorros con ruidos fuertes
Cuando un cachorro se va a enfrentar por primera vez a un ruido fuerte como los petardos, debemos seguir una serie de consejos que formarán parte de su socialización:
- Días antes de que se vaya a producir el sonido de fuegos artificiales, petardos o tormentas, lo habituaremos reproduciendo esos sonidos con un volumen bajo y poco a poco irá aumentando.
- Suministrarle una zona segura con juguetes, agua, comida y zona de descanso, junto a un difusor de feromonas y lo más aislado posible del ruido.
- Antes de que empiecen los fuegos artificiales tenerle entretenido con juegos interactivos.
- No sacar a pasear al animal cuando se estén escuchando petardos o fuegos artificiales.
- No dejar al animal solo esa noche y actuar con él con actitud tranquila.
El tratamiento a largo plazo del miedo puede requerir de técnicas de modificación de conducta como la desensibilización y el contra-condicionamiento.
La desensibilización consiste en exponer al animal al estímulo que le da miedo en una intensidad y duración que no provoquen esa respuesta de miedo, para progresivamente ir subiendo esa intensidad y duración aumentando la tolerancia de animal al estímulo.
El contra-condicionamiento es una técnica de modificación de conducta que consiste en presentar junto al estímulo que genera el miedo, un estímulo apetecible como puede ser comida o juego. El animal establece una nueva asociación donde el estímulo que le produce miedo pasa a generar una respuesta apetecible para él, de esta manera el animal ve que el estímulo no le hace daño y es consciente de que dispone de herramientas para solucionar la situación.
Tratamiento con fármacos, nutraceúticos y feromonas
Existen varios grupos de fármacos indicados para el tratamiento del miedo y la fobia al ruido, la elección de ellos debe realizarla un veterinario en base a los signos que muestra el animal frente al estímulo, la duración requerida del efecto del fármaco y la respuesta a dicho fármaco.
- Benzodiacepinas: Están muy indicadas por su efecto ansiolítico y de amnesia anterógrada que hace que el animal olvide el evento desagradable, tienen un inicio de acción rápido que dura de poca a varias horas dependiendo del fármaco y la especie. Están indicadas para aliviar los signos clínicos que se presentan en ocasiones puntuales debido a su rápida acción. Se recomienda probar el efecto de estos fármacos con el propietario para buscar la mínima dosis efectiva y vigilar que no se produzca una excitación paradójica.
- Alfa2-agonistas: Tienen un efecto ansiolítico. Recientemente existe un fármaco veterinario registrado para aliviar el miedo y la ansiedad aguda generada por el ruido.
- Antidepresivos tricíclicos e inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina: Están más indicados durante intervenciones destinadas al contra-condicionamiento del miedo o fobia.
- Ferormonas: Pueden desempeñar un papel importante cuando enfocamos el tratamiento a largo plazo ya que aumentan las cualidades apaciguadoras del ambiente, facilitando el plan de modificación del comportamiento. Al no ser un supresor cerebral y no tener interacciones negativas con otros fármacos, es una manera natural de reducir el comportamiento de estrés y miedo.
- Nutraceuticos: En el mercado disponemos de diversos suplementos que pueden favorecer el mantenimiento de un estado emocional tranquilo, tales como:
- Plantas adaptógenas: Rhodiola, Ashwagandha, Eleuterococco, Schisandra, Avena y Betonica; ayudan a mejorar la capacidad de adaptación a situaciones de estrés físico y mental. Además, incrementan el rendimiento, la concentración y la memoria.
- Extractos de hongos: Cordyceps, Reishi, Maitake y Astrágalo.
- L-teanina: contribuye a regular el estado de ansiedad y mejora la capacidad de concentración y la calidad del sueño.
- GABA: controla el miedo y la ansiedad, mantiene un buen estado de ánimo y favorece el descanso nocturno.
- Valeriana, Pasiflora, Tila y Melisa.
- Triptófano
- Alfa casocepina
- Griffonia
- Flores de Bach: El tratamiento floral debe ir formulado de forma individual para cada animal en base a su condición y circunstancias, ejemplos de flores indicadas en estos casos son : Rock Rose, Mimmulus, Agrimony, Sweet Chesnut, Vervain, Star of Bethlehem, Aspen, Olive, etc.
- Homeopatía: Al igual que con las flores de Bach la terapia homeopática ideal debe ser individualizada pero algunos de los remedios indicados son Aconitum, Borax, o Calcarea carbónica.
- Aceites esenciales: ylang ylang, la lavanda, el incienso, la violeta, la manzanilla romana…
- CBD: El cannabidiol, es un componente psicoactivo de la planta del cannabis, y entre sus efectos terapéuticos, encontramos el de sedación y relajación.
La acepromacina es una fenotiacina que se ha utilizado clásicamente para el tratamiento del miedo, la Sociedad Europea de Etología Clínica Veterinaria recomienda encarecidamente la elección de un psicofármaco alternativo, ya que la acepromacina no tiene efecto ansiolítico y no es apropiada para controlar los estados fóbicos o de miedo. El animal sigue percibiendo el estímulo que le genera la fobia sin poder alejarse de ello, con lo cual, el empleo de este fármaco puede aumentar la sensibilidad al ruido, empeorando la gravedad del estado de fobia.
Que hacer ante una situación de miedo o fobia a ruidos en animales
En resumen, las pautas básicas de actuación que debemos tener con nuestro animal ante una situación de miedo a ruidos son:
- Evita estar con tu compañero peludo en un lugar donde haya fuegos artificiales o se estén tirando petardos.
- Si no puedes evitarlo, cierra puertas y ventanas para que el ruido se note menos y el animal esté más tranquilo.
- Coloca música o sonido de fondo para amortiguar el sonido de los fuegos artificiales.
- Dale un juguete para masticar o un juguete interactivo para ocupar el tiempo de tu mascota.
- Intenta crear asociaciones positivas con el sonido de los fuegos artificiales, por ejemplo, premiando a tu mascota cuando veas una explosión lejana o cuando te acerques a ella con cuidado.
- Abraza y acariciale para darle tranquilidad y seguridad.
- Consulta con un veterinario o un etólogo si el miedo es muy intenso o persistente, ya que puede ser necesario recurrir a medicamentos o terapias específicas.
En conclusión, la fobia y el miedo a ruidos en animales son trastornos complejos que requieren un enfoque multifacético para su manejo. Desde la identificación temprana y un diagnóstico preciso hasta el tratamiento individualizado, es esencial abordar estos problemas con sensibilidad y comprensión. La combinación de estrategias de manejo ambiental, cambios de comportamiento, y en casos necesarios, la intervención farmacológica, puede marcar una diferencia significativa en la calidad de vida de nuestros amigos peludos.
Recordemos siempre que el bienestar emocional de nuestros compañeros animales es tan importante como su salud física, y nuestro papel como cuidadores es fundamental para guiarlos hacia una vida más tranquila y feliz.